BOLETINES F.I.C.M.
Boletín 17
Boletin No 17 FICM.pdf
Documento Adobe Acrobat 273.0 KB
Boletín 16
Boletin No 16 FICM.pdf
Documento Adobe Acrobat 462.1 KB
Boletín 15
Boletin No 15 FICM - Documento Adobe Acrobat 469.1 KB
Boletín 14
Boletin No 14 F.I.C.M. pdf
Documento Adobe Acrobat 425.0 KB
Boletín 13
Boletin No 13 F.I.C.M. sep.pdf
Documento Adobe Acrobat 538.2 KB
Boletín 12
Boletin No 12 F.I Casa M..pdf
Documento Adobe Acrobat 733.6 KB
Boletín 10
Boletin 10 JUNIO VB.pdf
Documento Adobe Acrobat 265.0 KB
Boletín 9
Boletin No 9 F.I.C.M..pdf
Documento Adobe Acrobat 179.3 KB
HISTORIA DE LA F.I.C.M.
El cuento completo se lo sabe un Montoya de nombre Pedro, ingeniero de profesión y quien por interés y pasión se convirtió en el primer y entusiasta director ejecutivo de esta organización de primos y amigos Montoya.
Un clan con objetivos sociales, culturales y familiares que, al igual que el apellido de origen vasco, también tiene su historia.
Todo comenzó con otro Montoya, de nombre Gustavo, escritor e historiador tolimense que vive en Sabaneta, quien se ha dedicado durante muchos años a investigar la genealogía de los Montoya. Si usted quiere saber de dónde vienen su papá, su abuelo, su bisabuelo y de ahí para atrás, Gustavo es capaz de decírselo.
No solo ha escrito libros como Diccionario de Personajes Montoya de Colombia, Homenaje a la Beata Madre Laura,o Montoyería-Genealogía , sino que él mismo se ha encargado de buscar por toda Antioquia a Montoyas ilustres con la intención de hacer algo más que tertuliar sobre el origen del apellido, es decir, crear la Fundación Casa Montoya.
Luego de varias reuniones, el año pasado todo comenzó a marchar gracias a Pedro, el ingeniero, uno de los primeros en dejarse seducir. Se animó del todo cuando vio la foto de sus padres ya fallecidos en el libro Genealogía Montoya Garcés , escrito por Jaime Montoya Montoya.
«A mi esposa le dije: ‘Mija, si uno no le ayuda a la familia, ¿a quién más le ayuda?», recuerda Pedro, quien desde entonces se vio con esa responsabilidad como «primo» de todos los Montoya y como el gremialista comprometido que ha sido durante 35 años.
Este ingeniero mecánico de la U. de Antioquia es miembro de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, presidente de la Lonja de Propiedad Raíz de Antioquia, miembro vitalicio de la SAI y, por si fuera poco, cantante y compositor con varios discos grabados.
Una Fundación para todos
En octubre del año pasado se creó la Fundación y se nombró la junta directiva. Ya se fijaron reglamentos y directrices, y ayer tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Sabaneta una asamblea estatutaria donde miembros e interesados (que ya suman cerca de mil personas, según Pedro), discutieron sobre las posibilidades de financiación y los primeros acercamientos con el País Vasco para montar allí una casa sede.
Encuentros anuales, bingos y capacitaciones hacen parte de las actividades previstas por la Fundación, integrada, de acuerdo con los estatutos, por tres tipos de asociados: Grupo Galería o Galeros (empresarios, artistas y líderes destacados como el técnico Luis Fernando Montoya y el piloto Juan Pablo Montoya, invitados a participar), gestores de desarrollo (los que trabajan directamente por la Fundación) y miembros activos, entre los que se cuentan estudiantes, amas de casa, trabajadores y hasta los que no son Montoya.
La idea es que muchos participen, pues como reza una estrofa del himno compuesto por el propio Pedro, Con Juan Pablo los primos Montoya/ han librado feroces carreras/ pero lo más hermoso del canto/ es sentirnos hermanos de veras.
¿De dónde vienen los Montoya colombianos?
En el libro Diccionario de Personajes Montoya de Colombia, Homenaje a la Beata Madre Laura, el escritor e historiador tolimense Gustavo Montoya explica así el origen del apellido Montoya: «Unos militares que en el siglo VI recibieron el bautismo con el rey Recaredo en el monte Ollia (País Vasco) tomaron el apellido ‘de Monteollia’ y con los cambios sucesivos quedó ‘de Montoya’.
Dos hermanos llamados Fernando y Antonio de Montoya vinieron a Santa Fe de Antioquia en 1627 procedentes de Berantevilla (Álava, España). A partir de ellos, el apellido Montoya comenzó a esparcirse por los diversos departamentos del país».